Primer Jutba
Alabado sea Al-lah, Señor del universo. Lo glorificamos, Le pedimos perdón por nuestros pecados y a Él nos encomendamos. Nos refugiamos en Al-lah del mal que existe en nuestras propias almas y de los perjuicios de nuestras malas acciones. A quien Al-lah guía nadie puede desviar, y a quien extravía nadie puede guiar. Atestiguamos que nada ni nadie merece adoración sino Al-lah, Único, Quien no tiene copartícipe alguno. Atestiguamos que Muhammad es Su siervo y Mensajero. Alabado sea Al-lah, Quien legisló una religión que contiene todo el bien y felicidad habidos y por haber para los que se apeguen a Sus mandatos. Alabado sea Aquel que estableció por medio del Islam la justicia verdadera para todos los seres humanos.
¡Hermanos! Teman a su señor y mediten sobre cuáles son las buenas obras que han hecho durante Ramadán. Este mes es un huésped que se prepara para partir y será un testigo a favor de ustedes o en su contra, según las obras que hayan realizado y la intención con la que las hicieron.
Hermanos y hermanas, no retrasen el arrepentimiento sincero ni dejen de hacer todo lo bueno que puedan en dichos y hechos antes de que se termine este maravilloso tiempo. Busquen acercarse con estas acciones a su Señor, para que así, tal vez, se expíen los pecados o las faltas que hayan cometido por negligencia y excesos en Ramadán, y de esta manera los libere del castigo infernal.
Al-lah nos ha legislado al final de este noble mes unos ritos de adoración con los que la fe puede incrementarse. Estos ritos complementan la adoración que hayan efectuado y perfeccionan la gracia de Al-lah sobre ustedes. Se trata del Zakat Al Fiter, At-Takbir (decir Al-lahu Akbar –Al-lah está por encima de todos y de todo) y Salatul ‘Id (la oración de la fiesta).
Zakat Al Fiter es una limosna que se hace obligatoria al finalizar el mes de Ramadán y es obligatoria al igual que el Zakat mayor anual.
Algunas personas desconocen la existencia de esta limosna o simplemente no la cumplen. Hermanos y hermanas en el Islam, hay consenso entre los juristas sobre el hecho de que el Zakat Al Fiter es obligatorio para cada musulmán que reúne las condiciones para pagarlo, y la prueba de su estatus legal es lo que se relata de Ibn Omar, que Al-lah esté complacido con ambos, quien dijo: “El Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, impuso la limosna del fin de Ramadán a la gente, un Sa’ (dos kilos con 450 gramos aproximadamente) de dátiles o de cebada por cada musulmán, hombre o mujer, libre o esclavo”. [Bujari] Aquí, la orden del Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, implica la obligatoriedad de esta limosna.
La prescripción de este Zakat en el Islam también responde a dos razones muy sabias:
La primera: Es una expiación y perfeccionamiento del ayuno que ha realizado la persona durante el mes de Ramadán, de toda falta grande o pequeña, de toda corrupción o exceso. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, hizo referencia a tal sabiduría en el Hadiz donde Ibn ‘Abbas, que Al-lah esté complacido con ambos, nos dice: “El Mensajero de Al-lah impuso el Zakat Al Fiter como purificación al ayuno del ayunante de todo exceso o corrupción que se suscitase en él, y como una ayuda alimenticia para los necesitados”. [Abu Dawud]
La segunda: Para aliviar el sufrimiento de los pobres y necesitados, ya que les evita tener que pedir a la gente en el día del ‘Id. También, esto implica infundirles alegría, aunque sea leve, en sus corazones en un día en que la gente celebra y se alegra, ya que les aligera los padecimientos y sufrimiento de la pobreza y la necesidad. Así, todos y todas compartimos el día de celebración del Ramadán sin importar el dinero.
Ahora, debemos saber hermanos que esta limosna es obligatoria, pero como en el Islam todo está pensado para facilitar los asuntos al creyente, también se deben cumplir ciertas condiciones para dar el Zakat Al Fiter:
Ser musulmán: no es obligación para el incrédulo aunque este tenga familiares musulmanes a los que deba mantener, pues esta limosna es un rito de adoración islámico y sólo es obligatorio sobre los musulmanes.
La posibilidad económica de pagar Zakat Al Fiter: esto se da al tener dinero excedente del gasto mínimo que debe realizar en la víspera del ‘Id o ese mismo día. Así pues, quien tenga más de lo necesario para solventarse la víspera o el día del ‘Id, deberá pagarlo, aunque después de darlo le sea imponible el Zakat mayor.
La entrada de su tiempo: Esta limosna se hace obligatoria al ponerse el sol del último día de ayuno de Ramadán, pues su tiempo es el fin del ayuno de Ramadán y esto se concreta en ese momento, porque después de eso ya no hay ayuno. El final de su tiempo es el rezo del ‘Id. Y no es lícito retrasar el pago de esta limosna hasta después del día del ‘Id. Si esto sucediese, se considerará una limosna voluntaria ordinaria, y ya no es Zakat Al Fiter. Que el fin de Ramadán sea el tiempo que indique la obligatoriedad no quiere decir que no se pueda pagar antes o que sólo pueda ser pagada desde el Magrib (ocaso) del último día del mes del ayuno hasta la oración de la fiesta. Todo lo contrario, se recomienda que se haga antes; es más, si la persona quiere pagarlo los primeros días de Ramadán, es aceptado y se vale como Zakat Al Fiter.
Si la persona tiene las condiciones económicas debe empezar el pago contando primero a su persona y luego a todos los que están bajo su manutención y tienen dependencia económica de él. Tal es el caso de los hijos, aunque no ayunen por ser pequeños, la esposa o la madre y también el personal doméstico de la casa. La prueba de esto son las palabras del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Empieza por ti y luego por los que tú mantienes”; y también: “Páguenlo por todos los que dependen de ustedes económicamente”.
Respecto a los que son aún embriones en el vientre de su madre en el momento del ‘Id, pues sus padres no están obligados a pagar Zakat por ellos; aunque si desean hacerlo, lo harán de forma espontánea y se les recompensará como tal.
En los primeros años del Islam se solía pagar esta limosna del Fiter en especie. Se pagaba un Sa’ que equivale a cuatro Mudd, que son cuatro porciones de grano a lo que cabía en ambas manos juntas. Y se solía pagar en trigo, cebada o hasta con dátiles y pasas. En fin, cualquier alimento que sea el acostumbrado de la zona.
Sin embargo, hoy en día nuestras circunstancias han cambiado, en especial para los que viven en las ciudades, y las medidas de peso de las primeras generaciones de musulmanes han sido sustituidas por el kilo o la libra. En este sentido, vale decir que el Sa’ de los Sahaba, que Al-lah esté complacido con ellos, equivale hoy a dos kilos y 450 gramos de peso, aunque es recomendable calcular siempre un poco más para no acabar faltando a la medida, según las distintas opiniones sobre su valor actual. La prueba de este eso son las palabras de Ibn ‘Omar, que Al-lah esté complacido con él, que dijo: “El Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, impuso Zakat Al Fiter en la medida de un Sa’ de trigo”.
En nuestros días, es válido calcular el valor en dinero corriente, correspondiente al producto y peso que se especificó con anterioridad. En este sentido se aconseja a las personas que atienden en las mezquitas investigar los precios para esa fecha e instruir oportunamente a los fieles para facilitarles el pago de esta obligación.
Así pues, en las ciudades que acostumbran comer arroz, podrán calcular el valor de dos kilos y 450 gramos de arroz en ese día y pagar esa cantidad de dinero, aunque siempre es recomendable cotizar un poco más, dos kilos y cuarto por ejemplo, para cumplir con las diferentes opiniones respecto al valor actual de los pesos y medidas de las primeras generaciones del Islam, como ya se explicó.
Es conveniente insistir aquí en que esta limosna se paga a los pobres y necesitados específicamente, pues su objetivo es aliviar el sufrimiento y las penas de esta gente justo en el día del festejo al aliviarles un poco sus necesidades.
Le pido a Dios perdón por nuestras faltas. Háganlo ustedes también
Segundo Jutba
Al-lah legisló para los musulmanes dos festejos únicamente durante el año. Cada uno de ellos viene después de consumar un gran rito de adoración y después de cumplir con uno de los pilares prácticos del Islam.
En estos dos festejos del ‘Id los musulmanes reciben una inmensa gracia y beneficios que supera con creces a los festejos de la ignorancia (Al Yahilia).
Se citó a Anas ibn Malik, que Al-lah esté complacido con él, decir: “Cuando el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, llegó a Medina, vio que la gente tenía dos días dedicados a festejos y juegos. Preguntó: ‘¿Qué son estos dos días?’ Y le respondieron: ‘Son dos días donde teníamos costumbre de jugar en los tiempos de Al Yahilia’. Entonces dijo el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam: ‘Al-lah los ha sustituido por dos festejos mejores: ‘Idul Fiter e ‘Idul Ad-ha”. [Abu Dawud y An-Nasa’i]
Cada doctrina religiosa tiene festejos que contienen los conceptos fundamentales de la misma, sus objetivos y las esperanzas de sus practicantes, convirtiéndose en sus símbolos. Al-lah dijo en la sura “La Peregrinación”: {Por cierto que hemos prescripto a cada nación sus ritos para que los observen} [Corán 22:67], y agregó Ibn ‘Abbas a manera de exégesis del término ritos: “Se refiere a las festividades”. [Ibn Yarir]
Los feriados festivos del Islam son: ‘Idul fiter, ‘Idul Ad-ha y el feriado del día del Yumu’a (Viernes); otros feriados que se hagan fuera de estos sólo traen más extravío a quienes los festejan.
El ‘Id encierra profundos conceptos islámicos y grandes beneficios. Observa los conceptos fundamentales de la creencia islámica al prescribir la glorificación de Al-lah, Su alabanza y el Takbir; además, implica el reconocimiento de que Al-lah es el Único que merece ser adorado, ya sea con plegarias o alabanzas, y sin asociarle a nadie en Su divinidad, tal y como Él Mismo dijo: {Por cierto que en las mezquitas sólo se debe adora a Al-lah; así pues, no invoquéis a nada ni a nadie junto con Al-lah.} [Corán 72:18]
El ‘Id también incluye la adoración, la devoción y el amor a Al-lah. Todo esto está incluido en la esencia del ‘Id y su práctica. Además, incluye una presentación de la Shari’a Islámica, pues en sus ritos, su rezo y el contenido de su Jutba se citan detalladamente numerosos preceptos de la Shari’a Islámica.
El ‘Id también promueve un mejoramiento del carácter de las personas pues alienta los buenos modales, la paciencia con la gente la conciliación y el contacto personal, además que combate las enfermedades del corazón como la envidia, la rudeza y otras, pues es un día de festejo y alegría.
También, el ‘Id incentiva la hermandad islámica y la asistencia social presentes en el pago del Zakat Al Fiter que se hace efectivo a los necesitados, pues el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Denles, para evitarles que tengan que pedir en este día”. Lo citó Ad-Daraqutni del relato de Ibn Omar, que Al-lah esté complacido con él.
El ‘Id también es una muestra de la facilidad y la tolerancia del Islam, pues en este día Al-lah hace lícito nuevamente comer y beber y disfrutar de las cosas buenas que él nos ha concedido antes del inicio del ayuno. Sólo que Al-lah ha prescrito estas cosas buenas asociadas a la adoración y la humildad para con Él, por eso legisló que se inicien los festejos con un rezo y alabanza para que el musulmán no se pierda la esencia de los mismos al sumergirse de lleno en el festejo y los placeres.
Al-lah dijo: {¡Oh, creyentes! No prohibáis las cosas buenas que Al-lah os ha permitido, y no transgredáis [la ley]. Al-lah no ama a los transgresores. Comed de lo lícito y bueno que Al-lah os ha proveído, y temed a Al-lah, en Quien vosotros creéis.} [Corán 5:87-88]
Al-lah nos prescribió pronunciar el Takbir al completar el mes de ramadán, dijo en la Sura de “La Vaca”: {…y así completad el mes. Al-lah desea facilitaros las cosas y no dificultároslas; engrandeced a Al-lah por haberos guiado y así seréis agradecidos.} [Corán 2:185]
Con respecto al rezo del ‘Id, Al-lah prescribió que asistan a él todos los musulmanes, hombres y mujeres; incluso las que están con su periodo asisten al Jutba, aunque respetando las disposiciones regulares de una mezquita.
En ambos Sahih se cita a Umm ‘Atiah relatando: “El Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, nos ordenó asistir al ‘Idul Fiter y al del Ad-ha. Las ancianas, las menstruantes y hasta las recluidas en sus casas. Las menstruantes deben evitar rezar, pero sí presenciarán las cosas buenas y las plegarias de los musulmanes. Yo dije: ‘¡Mensajero de Al-lah! Algunas de nosotras no tenemos vestidos largos’; entonces el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: ‘Que sus hermanas las vistan con alguno de sus vestidos’”.
Salgan, pues, al rezo del ‘Id, hombres y mujeres, grandes y pequeños, con devoción a Al-lah y en obediencia a los mandatos de Su Mensajero, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él.
Es Sunna comer algo de dátiles antes de salir hacia el oratorio para el rezo del ‘Id. Se recomienda que sean en números impares tales como tres o cinco por ejemplo. Anas ibn Malik, que Al-lah esté complacido con él, relató que el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, no salía para el oratorio sino comía unos cuantos dátiles, en número impar, y Al-lah nos dijo: {Hay un bello ejemplo en el Mensajero de Al-lah [de valor y firmeza en la fe] para quienes tienen esperanza en Al-lah, [esperan ser recompensados] en el Día del Juicio y recuerdan frecuentemente a Al-lah.} [Corán 33:21]
Así pues, hermanos y hermanas, prepárense para celebrar el fin de Ramadán, pagando el Zakat obligatorio para ayudar a nuestros hermanos y disfrutando de las fiestas con las que Al-lah nos ha bendecido.
Pidan bendiciones por el Profeta Muhammad, tal como Dios se los ordena: {Ciertamente Al-lah y Sus Ángeles bendicen al Profeta. ¡Oh, creyentes! Pidan bendiciones y paz por él.} [Corán 33:56]
¡Oh Al-lah! Me refugio en Ti de desviarme o ser desviado, de equivocarme o de que me precipite en el error, de oprimir y ser oprimido, de ser ignorante o que sean ignorantes conmigo.
¡Oh Al-lah! Tú eres el Soberano, no existe dios excepto Tú. Tú eres mi Señor y yo soy Tu siervo. He sido injusto con mi alma, reconozco mis pecados, perdona todas mis culpas y mis faltas, porque nadie perdona los pecados sino Tú. Guíame hacia los mejores modales, nadie guía a ellos sino Tú. Aleja de mí las malas obras, no las aleja nadie sino Tú.
¡Oh Al-lah! Perdóname tanto los pecados que cometí como lo que dejé de hacer, y aquellos que haya cometido en secreto y públicamente, y lo que haya malgastado, como también aquellas cosas que Tú bien sabes de mí.