Primer Jutba
Alabado sea Al-lah, Quien colma de bendiciones a Sus siervos y aparta de ellos muchas de las desgracias por Su misericordia. Lo alabamos como corresponde a la majestuosidad de Su rostro y la grandiosidad de Su poderío. Atestiguo que nada ni nadie merece adoración sino Al-lah, Único, sin asociados. Sus promesas son inalterables, cuando Él decide algo nadie lo puede impedir. Alabado sea Al-lah, Quien nos previno acerca de aquello que nos perjudica en nuestra fe y vida terrenal. Alabado sea Al-lah, Quien prohibió todo aquello que lleva a la idolatría y contradice la moral. Atestiguo que Muhammad es Su siervo y Mensajero; el líder de los creyentes, el ejemplo de los justos y el mejor de los educadores. ¡Al-lah! Bendice a Muhammad, a su familia, a sus compañeros y a todos los que sigan su guía hasta el Día del Juicio Final.
Al-lah, glorificado y exaltado sea, nos dijo en la Sura “La Peregrinación”: {Por cierto que hemos prescrito a cada nación sus ritos para que los observen, que no te discutan [los incrédulos] sobre los preceptos Exhorta a creer en tu Señor; en verdad, tú estás en la guía del sendero recto.} [Corán 22:67]
Esto significa que los ritos de cada nación fueron originalmente dispuestos por Al-lah, y que todos los ritos que observamos hoy en los pueblos del mundo son legislados por Al-lah o son inventados por los hombres y puestos en el lugar de los ritos originales de Dios. Es decir, todos los actos rituales de los seres humanos son obediencia y entrega a la voluntad de Al-lah o son pasiones y caprichos opuestos a la voluntad de Al-lah. El Corán dice en la Sura “El Relato”: {¿Acaso existe alguien más extraviado que quien sigue sus pasiones sin ninguna guía proveniente de Al-lah? Al-lah no guía a los inicuos.} [Corán 28:50]
El tema que nos ocupa hoy es el de un festejo muy antiguo. Uno que ha recibido muchos nombres a través de la historia pero que siempre mantiene su objetivo: generar desorden y desenfreno irracional que permite evadir la racionalidad y el buen criterio creados en nosotros por Al-lah, para finalmente convertirse en una excusa para dar rienda suelta a la lujuria y los placeres mundanales, bajo el paraguas de las “tradiciones culturales y folklóricas”.
Los primeros registros que se conocen acerca de esta festividad datan de aproximadamente 5 000 años atrás, en Babilonia, donde se veneraba a Marduk (dios pagano que, según la leyenda, fundó la ciudad). Otros datos apuntan a que ésta era una celebración en honor a la diosa Osiris que se realizaba en Egipto.
También se dice que se originó en Roma, con las celebraciones Saturnales (en honor a Saturno), Bacanales (en honor a Baco) y Lupercales (en honor al dios Pan). En Grecia se realizaba un festejo en honor a Dionisio. En Olimpia, Creta y otras poblaciones, se sacrificaba anualmente a un hombre que representaba a Cronos, el equivalente al Saturno de los romanos. Estas celebraciones tenían como objetivo el venerar a alguna deidad pagana, y se caracterizaban por el desenfreno, la violencia y la obscenidad… ¿Les suena conocido esto?
Eran fiestas en honor a distintos ídolos paganos en donde reinaba el desenfreno y los excesos; las leyes y los cargos públicos eran ridiculizados.
Durante la Edad Media, la iglesia católica, en su afán por adecuarse a las costumbres paganas de los pueblos para conseguir más adeptos, estableció que la fecha marcara el inicio de la cuaresma y propuso una etimología, del latín vulgar: carne vale, que significaba que durante la época de carnaval sí se podía comer carne, para así poder estar preparados para soportar la abstinencia de carne obligatoria en la cuaresma.
Sí hermanos, se trata del conocido carnaval de los países hispanohablantes y de cultura latina en general. Se ha mantenido vigente durante siglos aumentando su capacidad de convocatoria y, en algunos casos, hasta anulando las prácticas religiosas reveladas por Al-lah.
Su principal aspecto es el desenfreno, los excesos y la permisividad. Hoy, como antes, se considera al carnaval como un tiempo en el que todo es permitido, en esta época la gente siente que tiene la “libertad” de hacer lo que le plazca. Las estadísticas demuestran que durante esta celebración aumenta desmesuradamente el consumo de alcohol y drogas, la violencia intrafamiliar, la violencia callejera, la fornicación, el adulterio, los asesinatos, robos y violaciones, entre otras cosas.
Otro aspecto que podríamos mencionar, es el uso de máscaras y disfraces que ya eran usados en las celebraciones de los ídolos paganos en la antigua Grecia y Roma, y que sirven de armadura que envalentona a quienes quieren cometer sus fechorías sin ser reconocidos. Según la mitología griega, Momo es hijo del sueño y de la noche; y es el dios de la burla, el sarcasmo y la ironía. Se conocía a Momo como el protector de quienes se entregaban a la locura, al escándalo, a los vicios y a los excesos. Era representado como un bufón, con un gorro con cascabeles, un cetro y una máscara. Actualmente, Momo es la figura central de los carnavales.
Entonces hermanos y hermanas, el carnaval es un concepto aberrante instituido como una excusa para evitar el cumplimiento de los mandatos de Al-lah por unos momentos. El cristianismo guarda una relación ambivalente respecto al carnaval. Mientras unas iglesias se oponen a su práctica, otras lo han instrumentalizado para imponer su creencia. La Biblia dice que los borrachos no entrarán al reino de los cielos (1 Cor. 6:10); entonces, si realmente les interesa la salvación de los fieles, deberían prohibir rotundamente que la gente consuma bebidas alcohólicas.
También, la Biblia dice que “las costumbres de los pueblos son vanidad”, y la vanidad es muy mal vista desde el punto de vista cristiano; no deberían entonces usar como pretexto la “costumbre” para permitir la celebración de fiestas paganas. Y, más importante aún, la Biblia dice que Dios aborrece la idolatría y muestra muchos ejemplos de pueblos castigados muy duramente por ser idólatras.
Pero… ¿Cuál es la posición del Islam sobre el carnaval?
Como hemos podido advertir en todo lo anterior, el carnaval es una celebración claramente pagana, producto de la idolatría y el deseo de evadir la realidad y la responsabilidad sobre los actos, aunque sea unos momentos. Por lo tanto, la celebración del carnaval no es aceptada en el Islam, ya que toda forma de idolatría, por pequeña que sea o por inofensiva que parezca, es un pecado muy grave.
El Profeta Muhammad, sal-lal-lahu alaihi wa sal-lam, prohibió claramente que los creyentes en el Dios Único imitaran las costumbres de los incrédulos. También, prohibió terminantemente a los creyentes participar de estas fiestas, aunque lo hicieran con la sola intención de divertirse; pues el participar es alentar, confirmar y aprobar. Como si esto fuera poco, hemos de decir que todos los eruditos musulmanes están de acuerdo en que es ilícito para el creyente el participar de fiestas de origen pagano y de baja moral, tales como el carnaval.
Dado que el carnaval es una celebración de origen pagano, no es correcto que un creyente monoteísta lo celebre. Todos nosotros, los musulmanes de fe sincera, debemos estar atentos de no cometer actos que desagraden a Al-lah, pues debemos tener como guía principal en la vida la obediencia a Dios. Si celebramos el carnaval, nos hacemos parte del culto a dioses paganos y nos ponemos al mismo nivel que los idólatras.
Es triste ver que a pesar de las evidencias contundentes que demuestran que el carnaval es una fiesta pagana, dañina para la sociedad, que es un atentado directo contra la moralidad, la dignidad y las buenas costumbres, los líderes de algunas religiones que se dicen monoteístas no se manifiestan en contra de su celebración, sino que más bien la apoyan o se muestran indiferentes. Cuando ellos, en su calidad de líderes espirituales, deberían ser los primeros en velar por el bienestar de los feligreses, tanto en esta vida como en la otra. Si realmente quisieran el bienestar para la gente, prohibirían la celebración de esta fiesta que es abiertamente idólatra, lo ha sido desde sus orígenes y sigue siéndolo en la actualidad.
Al-lah, en Su infinita misericordia, ha puesto al ser humano en una posición privilegiada en el Universo y lo ha nombrado Su representante sobre la creación. Pero el ser humano, en lugar de ser agradecido con su Señor, constantemente lo desafía y le da la espalda, obedeciendo a sus propios impulsos para satisfacer sus placeres y rindiendo culto a falsos dioses. Si tan sólo nos pusiéramos a pensar por un instante en todas las cosas que Al-lah nos ha dado, comprenderíamos que no nos alcanzaría la vida entera para agradecérselo.
Le pido a Dios perdón por nuestras faltas. Háganlo ustedes también.
Segundo Jutba
A pesar de que se intente mostrar al carnaval como una fiesta cultural o como una ocasión para divertirse, no podemos negar el hecho de que, al igual que en la antigüedad, el carnaval sigue siendo una fiesta donde reina el caos y se cometen un sinnúmero de actos que atentan contra la dignidad del ser humano. Para darnos cuenta de esto basta con mirar cómo quedan las calles de una ciudad a la mañana siguiente de un día de carnaval: hombres y mujeres tirados en las calles, tan embriagados que no recuerdan ni sus nombres, botellas de bebidas alcohólicas por todas partes y un sin fin de otros desperdicios que hacen que las calles literalmente parezcan basureros.
El hecho de que las personas supuestamente se diviertan en carnaval no es una excusa válida para que nos sintamos con libertad de participar en tales fiestas, no sólo está el hecho de las bebidas alcohólicas, las drogas y el desenfreno sexual que las caracteriza, sino también que como musulmanes debemos tener en cuenta sus orígenes paganos; porque el hecho de que en la actualidad se dé al carnaval uno u otro significado u objetivo (la diversión, la preservación de la cultura, la generación de recursos económicos, etc.), no cambia en nada su verdadera esencia: la adoración a dioses paganos. Si queremos divertirnos, hay muchas formas sanas de hacerlo, sin que tengamos que formar parte de un culto idólatra y sin desobedecer a Al-lah.
Además del peligroso trasfondo de lucha cósmica entre el orden y el caos que encierra el carnaval, existen muchos motivos por los cuales el musulmán debe evitar exponerse al carnaval y aconsejar a los demás evitarlo también.
La idolatría. Como ya hemos mencionado, es el principal aspecto negativo del carnaval, ya que degrada al ser humano al sacarlo de su naturaleza primigenia de sumisión a Dios para llevarlo a la esclavitud de lo mundano. En algunos países, el carnaval ha sido un refugio y un disfraz para que se mantengan ocultos e inmanentes varios cultos animistas, idólatras y politeístas en las narices de los monoteístas. Tal es el caso de la relación entre los carnavales andinos y la idolatría hacia conceptos como “la madre tierra” o la Pachamama. Al-lah dice en la Sura “El Consejo”: {¿Acaso [los idólatras] tienen cómplices [en la incredulidad] que les han establecido preceptos religiosos que Al-lah no ha permitido?} [Corán 42:21]
El consumo de alcohol. Durante la celebración del carnaval se produce un incremento del consumo de alcohol en la población. Esto trae consigo un sinnúmero de problemas sociales como la violencia familiar, la violencia callejera, la desintegración familiar, intoxicaciones, accidentes de tránsito, etc. Además que ocupa a miles de personas que se dedican a fabricar sustancias nocivas. También, se incrementa el consumo de otras drogas y embriagantes, con consecuencias similares a las producidas por el consumo de alcohol, recordemos que Al-lah dijo en la Sura “La Luz”. {Y que aquellos que desobedezcan las órdenes del Mensajero de Al-lah [y rechacen su Mensaje] estén precavidos, no sea que les sobrevenga una desgracia o les azote un severo castigo.} [Corán 24:63]
La fornicación y el adulterio. En el carnaval no sólo se da vía libre para la práctica del sexo ilícito, sino que es incentivado incluso por las autoridades. Prueba de ello es que en muchos países el gobierno o las autoridades municipales asignan un presupuesto para la compra de grandes cantidades de preservativos para regalar a la gente en esta época. Aparentemente eso tiene un fin noble: el de evitar enfermedades venéreas; pero en realidad lo que ocurre es que, si había gente que por temor a las enfermedades venéreas y por falta de dinero para un preservativo tenía pensado abstenerse de cometer fornicación o adulterio, ya no tendrá que hacerlo, pues ahora podrá obtener un preservativo gratis, así que, ¿por qué abstenerse? De esta manera, los valores y la moral en la sociedad se ven seriamente deteriorados. Al-lah dijo en la Sura “La Luz”: {Y [sabed que] se les ha prohibido a los creyentes la fornicación.} [Corán 24:3]
La proliferación de enfermedades venéreas. Ésta es también una consecuencia del punto anterior, ya que hay mucha gente que se excede en el consumo de alcohol, a tal grado de no ser dueño de sus actos y ser capaces de cometer los actos más vergonzosos. Así, no es de extrañar que las enfermedades venéreas se expandan entre la población. Dice Al-lah en “La Mesa Servida”: {¡Oh, creyentes! Los embriagantes, los juegos de apuesta, los altares [sobre los cuales eran degollados los animales como ofrenda para los ídolos] y consultar la suerte valiéndoos de flechas son una obra inmunda de Satanás. Absteneos de ello y así tendréis éxito.} [Corán 5:90]
Embarazos no deseados. Diversos estudios realizados en países que celebran el carnaval, demuestran que nueve meses después de esta celebración, se incrementa en gran medida el número de nacimientos. Los embarazos no deseados es otra de las terribles consecuencias del adulterio y la fornicación. Esto desencadena problemas muy serios para la sociedad: los niños de la calle y las madres solteras. Dice Al-lah: {Apartaos de todo lo que os lleve a la fornicación, pues esto es una inmoralidad y conduce al mal.} [Corán 17:32]
En muchos países latinoamericanos la gente incurre en gastos superfluos y vanos durante el carnaval: disfraces, carros alegóricos, bebidas alcohólicas, drogas, ropas, etc. Estos gastos perjudican la economía familiar haciendo que los sectores de educación, salud o infraestructura básica sigan desatendidos, mientras que la gente gasta sus ahorros o se presta dinero para los gastos superfluos del carnaval. Dice Al-lah: {Mas quien se aleje de Mi Mensaje llevará una vida mísera, y el Día del Juicio lo resucitaremos ciego.} [Corán 20:124]
Cuando Al-lah prohíbe algo no lo hace por capricho, lo hace por buenas razones. Rogamos a Al-lah nos mantenga alejados de todos estos males y nos permita acceder a su complacencia y recompensa en la otra vida.
Pidan bendiciones por el Profeta Muhammad, tal como Dios se los ordena: {Ciertamente Al-lah y Sus Ángeles bendicen al Profeta. ¡Oh, creyentes! Pidan bendiciones y paz por él.} [Corán 33:56]
¡Oh Al-lah! Me refugio en Ti de desviarme o ser desviado, de equivocarme o de que me precipite en el error, de oprimir y ser oprimido, de ser ignorante o que sean ignorantes conmigo.
¡Oh Al-lah! Tú eres el Soberano, no existe dios excepto Tú. Tú eres mi Señor y yo soy Tu siervo. He sido injusto con mi alma, reconozco mis pecados, perdona todas mis culpas y mis faltas, porque nadie perdona los pecados sino Tú. Guíame hacia los mejores modales, nadie guía a ellos sino Tú. Aleja de mí las malas obras, no las aleja nadie sino Tú.
¡Oh Al-lah! Perdóname tanto los pecados que cometí como lo que dejé de hacer, y aquellos que haya cometido en secreto y públicamente, y lo que haya malgastado, como también aquellas cosas que Tú bien sabes de mí.