Primer Jutba
Alabado sea Al-lah, Quien colma de bendiciones a Sus siervos y aparta de ellos muchas de las desgracias por Su misericordia. Lo alabamos como corresponde a la majestuosidad de Su rostro y la grandiosidad de Su poderío. Atestiguo que nada ni nadie merece adoración sino Al-lah, Único, sin asociados. Sus promesas son inalterables, cuando Él decide algo nadie lo puede impedir, y Él es rápido en ajustar cuentas. Alabado sea Al-lah, Quien agració a esta nación con una religión completa y única. Atestiguo que Muhammad es Su siervo y Mensajero, el líder de los creyentes, el ejemplo de los justos y el mejor de los educadores. ¡Al-lah! Bendice a Muhammad, a su familia, a sus compañeros y a todos los que sigan su guía hasta el Día del Juicio Final.
¡Siervos de Al-lah! El ser humano es de naturaleza social y civilizada, no vive solo, siente la urgencia de encontrarse y colaborar con otros. Es así que el Islam vino a llenar esta necesidad innata y legisló ritos de adoración que deben realizarse en grupo, tales como el rezo del Yumu’a (el rezo en congregación), los dos ‘Id y otros.
El Islam es la religión de la naturaleza y es apropiado para todo tiempo y lugar, porque beneficia tanto a los que están en el estado natural de pureza como a los que lo han perdido, pues es un remedio para ellos.
El Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “Todo recién nacido viene al mundo en un estado natural (creyendo en Al-lah y Su unicidad absoluta); son sus padres los que lo hacen judío, cristiano o zoroastriano”; y también debemos recordar que Al-lah creó a Eva para completar la vida de Adán, Al-lah dijo: {Él es Quien os creó a partir de un solo ser [Adán], y del cual hizo surgir a su esposa [Eva] para que encontrase en ella sosiego.} [Corán 7:189] Así pues, el Islam opera para complementar nuestra naturaleza familiar con nuestra naturaleza social, y esto lo evidencian varias prescripciones legales de la Sharia como ya mencionamos.
Una vez establecido que el Islam propone al hombre la vida en sociedad, cabe aclarar entonces lo importante que es elegir quién nos acompañará de cerca en la vida social, quién nos hará recuerdo de lo importante si nos olvidamos, quien nos alertará si nos desviamos, quien nos enseñará si ignoramos. Es así que el compañero es una señal clara de la vida que lleva la gente, o como decimos vulgarmente: “Dime con quién andas y te diré quién eres”.
Al-lah nos mandó elegir Su forma de adoración, Su Mensajero y a los creyentes como compañía y allegados en nuestra vida social. Al-lah también nos mandó que evitemos todo lo que contradice y se opone a Su ley y a Su Mensajero; además, nos mandó ser allegados y leales a los creyentes. Al-lah dijo: {Vuestros aliados son sólo Al-lah, Su Mensajero y los creyentes que hacen la oración prescrita, pagan el Zakat y se inclinan [en la oración].} [Corán 5:55], y dijo: {Y quienes tomen por aliado a Al-lah, a Su Mensajero y a los creyentes, (sepan que) quienes están con Al-lah serán los vencedores.} [Corán 5:56] Una de las implicaciones de tener fe en esta aleya es la de elegir buenos allegados y amigos. Y dijo Al-lah {No encontrarás ningún pueblo que crea en Al-lah y en el Día del Juicio que sienta afecto por quienes rechazan a Al-lah y a Su Mensajero, aunque éstos sean sus padres, sus hijos, sus hermanos o sus parientes.} [Corán 58:22]
La persona racional y juiciosa siempre evita a los malos compañeros, pues no traen nada bueno y además contagian su terquedad a sus amistades. Como ejemplo tenemos la aleya: {El inicuo morderá sus propias manos [lamentándose] y dirá: ¡Ojalá hubiera seguido el camino del Mensajero! ¡Ay de mí! ¡Ojalá no hubiera tomado por amigo a quien me apartó de la verdad! Pues me alejó del Mensaje, luego que éste me fue transmitido. Ciertamente Satanás traiciona al hombre.} [Corán 25:27]
El Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, juntó en una sola alegoría la comparación entre los casos del buen compañero y del mal compañero, como nos relata Abu Musa Al Ash’ari, que Al-lah esté complacido con él: “Ciertamente el caso del buen compañero y del mal compañero es como el caso del portador de almizcle y el que aviva el fuelle del herrero. El portador del perfumado almizcle te puede dar algo de él o le puedes comprar o por lo menos te deja con un poco del delicioso aroma. El herrero, en cambio, o te quema la ropa o por lo menos te deja con un mal olor”. [Bujari y Muslim] Dijo al respecto Al Muhal-lab: “En este hadiz se menciona la bendición de allegarse a la gente piadosa, pues te recuerdan de practicar el bien o te animan a aumentar tus buenas obras”.
¿No ves que el sabio Luqmán aconsejaba a su hijo: “Hijo mío, acompaña a los eruditos y siéntate cerca de ellos, pues Al-lah da vida a los corazones con la luz del conocimiento como da vida a la tierra yerma con la lluvia del cielo”?, y en otra ocasión le dijo: “Puede ser que los beneficie la misericordia de Al-lah y te llegue algo a ti por ser su allegado”. Ese es el fruto de allegarse a la gente virtuosa y recta. En este hadiz hay una orden de procurarse amistades que enriquezcan a la persona en su práctica de la fe, con algún conocimiento, alguna buena obra, alguna mejora en el carácter o por lo menos mantener presente la otra vida y sus requerimientos.
Le pido a Dios perdón por nuestras faltas. Háganlo ustedes también.
Segundo Jutba
El Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Los judíos y los cristianos no se tiñen (las canas), así que vosotros haced al contrario (teñíos el cabello y la barba)”; y dijo: “Contradecid a los politeístas; dejaros vuestras barbas y recortad vuestros bigotes”.
No hay duda, pues, que las buenas amistades favorecen grandemente al individuo y a la sociedad en general, pues ayudan a enderezar el comportamiento individual, y al mejorar el comportamiento de los individuos mejora la sociedad. Una vez que la sociedad progresa y mejora, aumenta su capacidad de aprovechar los recursos que Al-lah ha bendecido para nosotros y para lograr el cumplimiento de la misión que nos encomendó. Así nos dice Al-lah en el Corán: {Y si los habitantes de las ciudades [a las que les enviamos Nuestros Mensajeros] hubiesen creído y no hubiesen persistido en su incredulidad, habríamos abierto para ellos las bendiciones del cielo [las lluvias] y de la tierra [los cultivos y frutos].} [Corán 7:96] Al Bagawi, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dice que se refiere a la capacidad de la tierra para sostener la población humana.
Por otro lado, las malas amistades acostumbran a preocuparse por lo superficial y por divertirse. Pero el mayor peligro para un musulmán está en tener amistades que lo lleven por el oscuro camino de imitar ciegamente a los incrédulos en sus gestos, ademanes, y hasta en sus prácticas rituales de adoración.
Buscar asemejarse a los no musulmanes, aunque sea en asuntos terrenales, puede provocar la aceptación de acciones que son contrarias al mensaje del Islam, como es el aprobar que se le asocie a Al-lah con algo o alguien de Su creación, o la permisibilidad y poco decoro en las relaciones entre hombres y mujeres, entre tantas otras costumbres y creencias más. Dijo Ibn Taimiah, que Al-lah lo tenga en Su misericordia: “Si se encuentran dos viajeros en una tierra extranjera y se encuentran parecidos en su vestimenta, en su apariencia personal o su medio de transporte, pues eso genera entre ellos una cercanía mayor que con los demás. Así también vemos la gente que pertenece a un mismo gremio de asuntos mundanales, pues se cohesionan entre ellos mucho más que con el resto de la gente”. Imagínense entonces si el parecido y la similitud se dan en asuntos de fe o de adoración, sus consecuencias serán mayores y más profundas.
Existen varios textos de la Sharia que nos comandan evitar la similitud y el parecido con los incrédulos y evitar imitarlos en sus asuntos seculares o los rituales de adoración.
Tenemos por ejemplo:
En los Sahih de Muslim y Al Bujari el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dice: “Los judíos y los cristianos no se tiñen (las canas), así que vosotros haced al contrario (teñíos el cabello y la barba)”.
Dijo el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam: “Contradecid a los politeístas; dejaros vuestras barbas y recortad vuestros bigotes”.
Ibn ‘Abbas, que Al-lah esté complacido con ambos, relató que el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, ayunó el día de ‘Ashura’ (décimo de Muharram) y le dijeron que era un día festivo de los judíos y los cristianos, entonces dijo: “El próximo año, si Al-lah lo quiere así, ayunaremos el noveno día”. Pero el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, falleció antes de que llegara el siguiente año. Lo citó Muslim.
Hay un punto que es lo más grave y delicado de este extenso tema: se trata de que el musulmán festeje con los incrédulos −que en nuestra región son principalmente cristianos− sus celebraciones, ya sean seculares o religiosas.
Esta cuestión no se trata sólo de desobediencia o pecado, no se trata de un simple error o descuido, se trata de fe y de incredulidad.
Dijo el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Quien imita la apariencia de un pueblo es uno de ellos”. Dijo Ibn Taimia, que Al-lah tenga misericordia de él: “El significado mínimo de este Hadiz es que sea uno de ellos, es decir: un incrédulo”.
Dijo Al-lah: {¡Oh, creyentes! No toméis a los judíos ni a los cristianos por aliados. Ellos son aliados unos de otros. Y quien de vosotros haga amistad con ellos será uno de ellos. Al-lah no guía a los inicuos. Y verás que quienes tienen una enfermedad en sus corazones [la duda] van corriendo a ellos y les dicen: Tememos que nos sorprenda un revés. Pero puede que Al-lah os tenga deparada la victoria o algún otro decreto Suyo, y entonces tengan que arrepentirse de lo que creían.} [Corán 5:51]
¿Qué pecado puede ser mayor que compartir las ceremonias y festividades religiosas de los cristianos? ¿Acaso apruebas que se le asocie a Al-lah un hijo? ¿Con qué cara, hermano musulmán, piensas encontrarte con el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, siendo que has rechazado su Sunna e imitaste los actos de los que rechazan y combaten su mensaje y su fe?
Dijo Ibn Taimia, que Al-lah tenga misericordia de él: “Las festividades rituales son parte de las legislaciones, instituciones y rituales de los que Al-lah dijo: {Por cierto que hemos prescrito a cada nación sus ritos para que los observen, que no te discutan [los incrédulos] sobre los preceptos.} [Corán 22:67], como la qibla, el rezo o el ayuno, así que no hay diferencia entre compartir con ellos sus festejos y compartir los demás ritos. Coincidir con ellos en todos sus festejos sería como coincidir con ellos en su incredulidad…”.
Otro aspecto bastante frecuente de compartir sus festividades es el de las felicitaciones. En esto caen muchos musulmanes, en especial la gente que trabaja con gente no musulmana y que llegan a veces hasta el extremo de enviar tarjetas de felicitación a sus conocidos en sus festividades. Aunque parezca una simple gentileza, esta es una gran falta y esto es algo negativo. Dijo Ibn Qaiem Al Yawzia: “… Respecto a felicitarlos en las ocasiones de importancia en su incredulidad, pues eso es haram (ilícito) por consenso de los eruditos; lo mismo se aplica a felicitarlos por sus festividades. Si quien comete esta falta se salva de incurrir en la incredulidad misma, pues ha cometido, aún, un grave pecado. Y es que lo que hacen es como felicitarlos por adorar a la cruz. Esto incluso es peor pecado y falta ante Al-lah que felicitar a alguien por beber licor o por asesinar o cometer adulterio, etc. Así pues, quien felicita a una persona por un pecado que comete o por una herejía o por su incredulidad, pues ha incurrido en la ira de Al-lah”.
Otra figura de este pecado es venderles los productos especiales de estas temporadas y que se usan para festejar en tales festividades de la incredulidad. Pues esto no es permitido, es haram. No se debe venderles nada que los ayude o les incite a su incredulidad. Así pues, los que importan, distribuyen o venden árboles de Navidad, adornos navideños o tarjetas de felicitación con el mismo motivo, deben evitar incurrir en tal pecado. Algo muy similar a esto es alquilarles los locales donde planean celebrar este tipo de festejos.
Al-lah dijo en su descripción de los creyentes: {Aquellos que asisten a lo falso, y se apartan con dignidad de las conversaciones vanas.} [Corán 25:72], y dijo Ibn Sirin y Muyahed: “Son las festividades de los politeístas, los cristianos y similares”.
Abdul-lah bin ‘Amru, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “El Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: ‘Quien construye en tierra de los politeístas y festeja sus festividades y rituales, los imita en apariencia hasta morir así, será reunido junto con ellos el Día de la Resurrección’”. Lo citó Al Baihaqi en As Sunan Al Kubra.
Algunos podrán diferenciar entre las fiestas patrias, seculares y religiosas, y alegar que las seculares no son pecaminosas. Evidentemente que las festividades religiosas son las más graves. Pero quien incurre en festejar las demás festividades de los incrédulos, como el carnaval y las fiestas cívicas, pues está contradiciendo la orden del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, de no imitar a los incrédulos y la afirmación tajante de que los musulmanes tienen sólo dos festividades: la de fin del Ramadán y la de Al Ad-ha.
Antes de cerrar este tema, es bueno recordarles que la orden de no compartir estas ceremonias o festividades religiosas de ninguna manera significa ser descortés u ofensivo ante alguna invitación. Se debe rechazar con firmeza pero con buenas maneras, como Al-lah manda, y sin ofender. “Lo cortés no quita lo valiente”.
Pidan bendiciones por el Profeta Muhammad, tal como Al-lah se los ordena: {Ciertamente Al-lah y Sus Ángeles bendicen al Profeta. ¡Oh, creyentes! Pidan bendiciones y paz por él.} [Corán 33:56]
¡Oh Señor! Soy Tu siervo, hijo de Tu siervo y Tu sierva, mis asuntos están en tus manos, he tratado de llevar a cabo Tus órdenes, Tu decreto sobre mí es justo, Te suplico por todos Tus nombres con los cuales Te has llamado a Ti mismo o lo hayas revelado en Tu libro o lo hayas enseñado a alguien de Tu creación o lo hayas preservado en Tu conocimiento oculto, que conviertas al Corán en lo que revive mi corazón, la luz de mi pecho, que da final a mi tristeza y alivia mis preocupaciones.
¡Oh Señor! Me refugio en Ti de las preocupaciones y las tristezas, de la debilidad y la vagancia, de la avaricia y la cobardía, del peso de las deudas y de ser dominado por los hombres.
¡Oh Al-lah! Perdona a nuestros vivos y a nuestros muertos, a los que están presentes y ausentes, a nuestros niños y ancianos, a los hombres y a las mujeres. ¡Oh Al-lah! A quien des vida que viva en el Islam, y a quien des la muerte que muera en la fe. Señor, no nos prives de la recompensa de la fe y no nos desvíes luego de habernos guiados.